Importancia de la higiene infantil: cuando todo va a…
En el post anterior os hablábamos de higiene de manos, jabones, gel hidroalcohólico, bacterias, virus… y un poco de todo. En Babygiène tenemos en el punto de mira el entorno higiénico infantil, por lo que hoy os daremos algunos tips para ellos.
Cómo puedo lavar las manos de mi bebé
Los peques tocan muchísimos objetos y juguetes al cabo del día. Conforme van creciendo aprenden a gatear y el suelo pasa a ser su medio preferido. Además, las manos, e incluso los pies, van siempre a la boca.
¿Qué podemos hacer? Lavarles las manitas. Cuando saben ponerse de pie por si mismos es muy fácil porque con ayuda de una torre de aprendizaje o un banco podemos llegar al lavamanos y ayudarles. Ahora bien, cuando son tan bebés es complicado. Lo mejor es mojarles las manitas, untárselas con jabón, frotar suavemente y posteriormente, cogerlos en brazos en una postura que nos permita ponerlas bajo un grifo con agua templada para aclarárselas.
Estoy en la calle ¿puedo usar una toallita?
Se sabe que una toallita no limpia ni mucho menos desinfecta de la misma manera que podría hacer una higiene con agua y jabón. Ahora bien, para un momento puntual, podemos recurrir a ellas hasta llegar a algún sitio donde lavarlas correctamente.
¿Puedo usar un gel hidroalcohólico con mi bebé?
Rotundamente no. Lleva alcohol, creo que con eso lo decimos todo pero profundizaremos en ello.
Tal y como os comentaba en este post los geles tienen en su composición varios tipos de antisépticos para ampliar el espectro de actuación ante varios tipos de microorganismos. Algunos de ellos tienen la capacidad de penetrar en capas más profundas de la piel, pueden ser algo irritantes, provocar dermatitis o incluso, en algunos casos, desarrollar alguna alergia.
Es un tipo de producto del que no deberíamos abusar. En el caso del personal sanitario, que trabajan día a día con ello; la hidratación de la piel es crucial, al igual que el uso de guantes.
Como veis, si de por si la piel del bebé es extremadamente delicada, siempre intentaremos usar para la higiene infantil jabones suaves y a ser posible libres de perfumes o fragancias.
Higiene infantil: mejor prevenir
Si un bebé va en su cochecito tranquilamente, no gatea y aún no coge objetos, ¿por qué deberíamos lavarle las manos? Pues en el caso de que la prevención llegue tarde: manos indiscretas que tocan a tu bebé, personas que tocan o besan sus manitas y la cara…
A los bebés no hay que tocarlos. Son achuchables, son bonitos, son tiernos, pero también son seres indefensos, con un sistema inmunitario inmaduro susceptible de sufrir infecciones.
Es un tema de concienciación. Es preferible decir “por favor, no toque a mi bebé” y aguantar una mala cara, que tener que limpiarles con una simple e ineficaz toallita y acabar posteriormente en el servicio de urgencias con una infección por contacto.
Pensareis que son medidas extremas, que los bebés deben inmunizarse y no estar dentro de una burbuja. Es cierto, a medias.
Higiene infantil versus inmunidad
Nuestro organismo está en constante vigilancia, preparado para que en cuanto se detecte un antígeno desconocido, el sistema inmunitario lo reconozca y cree anticuerpos para eliminarlo.
Cuando nos infectamos con un patógeno, nuestro organismo es tan inteligente que incluso eleva la temperatura de nuestro cuerpo para matarlo. Esto se llama fiebre y es un mecanismo de defensa.
Un bebé sano no significa que sea completamente maduro; su sistema inmunitario aún está en etapa de aprendizaje, preparándose para los próximos meses donde nuestro pequeño empezará a llevarse cosas a la boca y gatear. Por lo tanto, los primeros meses ayudamos a nuestro hijo/a con los anticuerpos que le ofrecemos a través de la lactancia materna y siguiendo el calendario vacunal de los centros médicos.
De la misma manera que un bebé aprende a coger un objeto (que es algo físico y tangible que vemos), también aprende a “defenderse” del entorno gracias al aprendizaje de sus defensas. Por lo que, la burbuja de protección a un recién nacido no es la misma que la de un bebé de seis meses.
Un virus que en un adulto no es grave podría ser extremadamente peligroso para un bebé recién nacido.
Prevenir antes que curar. No tocar. Siempre limpiar.